Por Diego A. Alvarez
Cualquier numismático académico e incluso coleccionista amateur de monedas antiguas debió haber escuchado alguna vez acerca la colección de monedas del Museo Británico. Y esto no es de extrañar: el Museo se jacta de poseer una de las colecciones más grandes del mundo, contando con casi un millón de piezas.
En visitarlo fue lo primero que pensé cuando decidí realizar mi primer viaje a Europa, concretamente a Londres, para participar de un evento forense, las Forensics Europe Expo 2017.
Por supuesto, no todas las piezas se encuentran exhibidas en la Galería del Dinero. El resto permanece en los distintos monetarios dentro del Departamento de Monedas y Medallas, a disposición de estudiantes y profesionales para su estudio.
Meses antes del viaje me había llegado el dato a través de la Royal Numismatic Society -la cual quería visitar pero justo en esas fechas no habían actividades- de que el Departamento de Monedas y Medallas ofrecía a los interesados numismáticos la posibilidad de ingresar al mismo y acceder a las monedas de su vasta colección que no se encuentren en exhibición.
Para ello debía completar un formulario en el que aclarara mis actividades relacionadas con el campo numismático, datos personales, y un listado de las piezas que quisiera ver, con su código respectivo extraído del sitio web del museo, donde se encontraba el catálogo completo.
Mi listado fue bastante variado, al igual que sus motivos, siendo los siguientes:
En la lista incluí: piezas que me interesaban por pertenecer a emisiones específicas de mi interés; piezas de distintas civilizaciones y denominaciones que sabía que jamás tendría en mi colección; y, por supuesto, falsificaciones, identificadas por el propio museo.
Envié el formulario, y el Departamento me confirmó cita para el día 2 de mayo de 2017 a las 14 hs.
Una vez en Londres, la primera vez que fui al Museo Británico -fui 3 veces en ese viaje- me dirigí directamente al Departamento de Monedas y Medallas, ya que estaba llegando con el tiempo justo a la cita acordada.
Al ingresar al sector, me solicitaron que dejara todas mis cosas en una sala, incluido el celular, por cuestiones de seguridad.
De allí fui guiado hacia otra sala, que poseía una larga mesa, donde ya se encontraba una estudiante numismática analizando piezas. Allí me quedé esperando, hasta que, para mi sorpresa, el personal del Departamento me fue trayendo no solo la pieza del código que le solicité en el formulario, sino la bandeja entera donde se encontraba la misma (!)
Me pidieron que me pusiera guantes de látex antes de tocar las piezas, y que me tomara el tiempo que quisiera. En el interín, me realizaban preguntas acerca de mis intereses numismáticos.
Lamenté no haber podido sacar fotos, pero la experiencia de haber tenido en mis manos tan increibles piezas fue extraordinariamente única.
Una vez finalizada esta cita, me tomé más tiempo para ver, ahora con mayor tranquilidad, la gran exhibición de piezas arqueológicas que ofrecía el Museo en su Money Gallery, en la que se podía apreciar ejemplares de prácticamente todas las civilizaciones, cecas y denominaciones.
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